
Anita Moreno solía bendecir a sus hijos con un deseo tierno y sencillo que honraba a la Virgen María. Decía así:
Que la Virgen María te cubra con su manto de Reina,
con su velo de Virgen
y con su corazón de Madre.
Reina, Virgen y Madre, la Virgen María fraguó la vida interior de Anita Moreno y la prepararó para enseñar a los santeños a amar a María, la Madre de todos.
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