
Señor Dios, que has querido que Ana María, a través de la muerte, fuera configurada con Cristo, que por nosotros murió en la cruz; por la gracia renovadora de la Pascua y por la intercesión de Santa María, bendice el amor que Ana María siempre nos tuvo en la tierra, aleja de ella todo vestigio de corrupción terrena; y pues quisiste marcarla en su vida mortal con el sello del Espíritu Santo y alimentarla con el cuerpo y sangre de Cristo, dígnate también resucitarla un día a la vida eterna de la gloria y que desde el cielo continúe animándonos en el camino de la fe.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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